martes, 21 de febrero de 2012

La maquina que acabo con el amor



¡Sí ya lo tengo!, creo que ya está.
- Qué es lo que ya está.
 Respondió Alvin.
- He solucionado el problema con el teletransportador de materia.
- ¿Cual?.
- Lo teníamos delante de nosotros todo el tiempo,
la humanidad lleva cientos de años usándolo para
almacenar datos.
- Creo que no lo entiendo, a qué te refieres.
Alvin no parecía comprender lo que su colega Rob intentaba explicarle.
- Los ordenadores, ahí estaba la clave,
en el sistema de almacenamiento de los ordenadores.
veras te lo explico.....
Tras una breve explicación, Alvin pareció entender lo que su colega intentaba hacer.
- ¿Y crees que podremos hacerlo?.
- Claro, ¿por qué no?.
Alvin reflexionó unos instantes.
- ............No se, reconstruir una estructura molecular es una cosa, al fin y al cavo el cuerpo humano se compone prácticamente de Hidrógeno (H)  Oxígeno (O) , Carbono (C)  y Nitrógeno (N)  pero..
Qué pasa con su alma. Dicho de otro modo, que pasará con su psique.
- Nada, simplemente la reconstruimos y ya está, tejidos, neuronas, axiomas, ....
-Pero no es tan sencillo aún hay partes que no comprendemos.
Qué pasa si transportamos a un hombre desde su trabajo a su casa, después de un día de trabajo, donde le espera su mujer, digamos.... viendo la televisión en el salón.
Entonces él se acerca y le da un beso en los labios, pero no es lo mismo, no siente lo mismo cuando la besó, sus ojos estaban abiertos en vez de cerrados.

lunes, 11 de octubre de 2010

2:43 am

Aquella misma noche el cielo rompió a llorar, las gotas caían sobre mi cabeza  escurriéndose bajo mi pelo, dibujando en mi cara carámbanos de agua fría.
Reinaba un silencio sepulcral, tan solo roto por la lluvia formando pequeños charcos en el suelo y mis pies andando sobre ellos. En el aire pululaba un aroma muy familiar, a tierra y hierva mojada. Una suave brisa acaricia mi nuca produciéndome un leve escalofrío. Aun par de metros se alza un pequeño terraplén, me paso la mano por la frente e intento despejar este velo rojo que niebla mi vista, pero resulta inútil, al cavo de unos segundos la sangre vuelve a nublar mis ojos. Hinco sobre el terraplén mi rodilla derecha e intento subir, los dedos de mis manos se hunden en la tierra mojada, consiguiendo tan solo unos surcos sobre ella. Las fuerzas empiezan a fallar, pero no puedo parar… no ahora, sabiendo que la carretera esta ahí, encima de mi cabeza  a tan solo un par de metros, sabiendo que ella todavía esta viva, agonizando dentro de ese amasijo de hierros. Acelero la respiración  a grandes bocanadas de aire e incorporo un poco mi cuerpo, intento subir pero las fuerzas me vuelven a fallar. Me deslizo entre la tierra mojada cayendo boca arriba, giro la cabeza y miro el coche destrozado, aun puedo llegar a distinguir sus ojos entre la suave niebla. Siento frío por primera vez, no puedo moverme, y ya casi apenas puedo respirar….